He de reconocer que no soy
nada amigo del universo Telecinco (aunque mi última novela publicada tenga
mucho que ver con ese universo). No me gusta la televisión que hace, una televisión
de cotilleos, peleas, morbo y mentiras. No puedo tolerar que personas que no
tienen ni una titulación académica ganen miles de euros y que gente con
carreras universitarias y máster que no son del universo estén en el paro. No soporto
que a un abuelo le suban en este año un euro más a su pobre pensión y que un “superviviente”
se lleve al bolsillo 12.000 euros a la semana. En resumen, no me gusta nada el
ejemplo de televisión y de vida que Telecinco enseña a nuestra sociedad.
A pesar de todo eso, también he de reconocer que sí veo
algunos programas de esta cadena, como por ejemplo La Voz o Got Talent. Anoche
precisamente estuve viendo la gran final de Got
Talent España, donde me emocioné, una vez más, al escuchar y leer al
compañero escritor César Brandon. Al igual que no soy muy amigo de Telecinco,
tampoco soy muy amigo de la poesía en general… pero la poesía en particular de
este poeta guineano me enamoró profundamente. Y no sólo me enamoró por hacerme pensar
“joder, qué bien escribe y qué bien recita”, sino que también me enamoró el
hecho de pensar “joder, ¡un escritor es aplaudido y ovacionado en el universo Telecinco!”
Me parecía ficción, pero era una maravillosa realidad. Anoche,
y gracias a la audiencia del universo Telecinco, César Brandon se proclamó
ganador de la tercera edición de Got
Talent España. Fue también ganador por conseguir que su libro publicado en
Amazon Las almas de Brandon llegara a
ser comprado por la gran Editorial Espasa, vendiéndose ejemplares como pipas. Y
lo que me pareció más emocionante para mí: hizo que la poesía, la literatura,
la cultura triunfara por primera vez en muchos años en Telecinco. Ojalá este
sea el paso a seguir por el número 5 en un futuro no muy lejano.
Mientras tanto, muchísimas felicidades al amigo y
compañero César Brandon por todo lo que ha conseguido gracias a Got Talent; gracias a su meritorio y
conmovedor trabajo como poeta. Que sus versos, que su voz, nos sigan llevando
de la mano por un mágico camino de baldosas amarillas.
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